Kirmen Uribe,
escritor español en lengua vasca, conoció la gloria con su impresionante novela
Bilbao-New York-Bilbao (2008), obra
capitular que ilustra ejemplarmente la llamada y extenuada literatura
posmoderna. Con Lo que mueve al mundo
(2012) muchos críticos se han mostrados decepcionados por el cambio de estilo.
Es una novela que mezcla la biografía, la indagación periodística y la ficción,
pero de forma tradicional, linealmente y sin disrupciones experimentales. El
libro inicia con los intensos bombardeos en la Guerra Civil española y que ha
propiciado que diecinueve mil niños vascos sean llevados a distintos países de
Europa (Francia, la Unión Soviética, Inglaterra o Bélgica). Karmentxu Cundin Gil, una niña de este
exilio, a sus ocho años de edad viaja a Gante con su hermano Ramón, donde es
recibida por el escritor Robert Mussche. La llegada de la niña cambiará la
forma de ver la vida del autor: simpatizará con la resistencia en la Guerra
Civil y será un acérrimo crítico de los nazis en plena Segunda Gran Guerra,
postura que cambiará su destino para siempre.
A partir de
aquí, Kirmen se centrará en Robert Mussche, el protagonista de la novela,
intelectual y héroe moral que siempre antepone los principios éticos por sobre
todas las cosas. Gran parte de la historia nos cuenta, después de la exquisitas
escenas del exilio de los infantes, la amistad entre Robert y Herman Thiery
(personaje histórico que utilizó el seudónimo de Johan Daisne para publicar sus
obras), sus conflictos y cómo es que continuamente se reencuentran para salvar
su amistad.
Robert, así, se
configura como un romántico en pos de cambiar al mundo, siempre fiel a sus
ideales. A pesar de venir de un origen humilde, a diferencia de su amigo
Herman, Robert siente una pasión especial por la literatura, la pintura y la
música. Kirmen tiene una extraordinaria habilidad a la hora de dotar de
coherencia psicológica a sus personajes. Es por ello que nos sentimos
identificados de inmediato con Robert y su historia enternecedora, a pesar de
que, en lo personal, no soy dado a experimentar tales sentimientos tan
fácilmente. Uribe se va adentrando en los temas, en las relaciones humanas y en
las situaciones cronológicamente distantes con suma pericia: desde un acto de
salvación con la magnífica escena inicial del buque La Habana que zarpa al exilio pletórico de niños, hasta la masacre
dantesca del Cap Arcona, donde Robert,
junto a millares de judíos, se encuentra capturado por los nazis.
Es una novela
breve que sin problema alguno capturará a quienes se acerquen a ella, y que ostenta una indudable calidad narrativa. Es una
historia contada con profunda nostalgia y que entrelaza las vidas de las
víctimas de la guerra. Una visión deslumbrante y muy humana que nos revela la
fortaleza de la amistad y las más bajas y horrendas facetas a las que somos
capaces de llegar. Si hay un mensaje, es muy sencillo: la oposición a los
opresores, por más terribles que sean los actos que amenazan a quienes se aferran
a sus principios, convierte a las personas más humildes en héroes
indispensables para la subsistencia de nuestras sociedades. Es una visión que
sobrevive a la masacre nazi y que la novela enaltece a pesar del miedo y la
desesperanza.
Hugo Medina (28-oct-13)
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