julio 15, 2013

Maldito karma - David Safier

Maldito Karma (2009), del escritor alemán David Safier, ya lleva en su haber más de cuarenta ediciones. No es para menos: narra la historia hilarante de una famosísima presentadora de televisión (Kim Lange) que, en la cumbre de su carrera, recibe uno de los más prestigiosos premios en una gala tipo Hollywood. Lo bueno no es duradero, menos si se consigue a costa de los demás: Kim muere al ser aplastada por un lavabo de una estación espacial rusa. Debido al mal karma que se procuró cuando estaba viva (infidelidad, jefa odiosa, no duda en desacreditar a los demás con tal de ascender y ha descuidado a su hija de 5 años), ha reencarnado en la forma de una hormiga como castigo. Su pesadilla se agrava cuando descubre que su labor consiste en cargar alimentos y, por si fuera poco, se entera de que su esposo viudo sale con una examiga que intenta conseguir el cariño de su pequeña hija.

Tras ello, Kim decide acumular buen karma para reencarnar en una especie diferente y sabotear los planes de su propia familia, con tal de granjearse lo que en su existencia como Kim jamás le interesó. La protagonista intentará ascender por la escala de las reencarnaciones con sus buenas acciones, algo a lo que no estaba acostumbrada (ascender por la escala de la jerarquía social con sus malas acciones) y que, a fuerza de recuperar a sus seres queridos, deberá aprender a hacer, a pesar de los múltiples y chuscos obstáculos que le toquen sortear.

Así, asistimos a numerosas entrevistas con Buda, a la grata aventura en el nido de las hormigas, a diálogos socráticos con una araña asesina, a la odisea de unas cobayas, a una granja en Canadá, a la vista de Gengis Kan en forma de hormiga y a una alusión a Napoleón como escarabajo, hasta que Kim logre acercarse a su hija en la forma de un perro y, finalmente, como una mujer obesa con problemas cardiacos.

Es una obra que puedo recomendar sin problemas, bajo la advertencia de que se trata de una novela de humor, muy cercana, incluso y a veces, a las comedias románticas, con un lenguaje muy sencillo, vulgar y desfachatado. Es una garantía que quien se acerque a este libro lo terminará sin dificultades. Es de lectura sencilla y, sobre todo, amena. Es complicado que me ría con alguna obra, pero con esta lo hice muchísimo, quizás, también, porque acababa de leer la horrible La verdad del caso Harry Quebert de Jöel Dicker.

Safier tiene los méritos de haber creado una novela muy original, ágil, que avanza rápido y que no se entretiene en largas reflexiones o interminables remembranzas. Por ello, por la gran practicidad con que está escrita, no se encuentra en la obra un budismo enfadoso, dogmático; al contrario, la teoría del karma es tratada extremadamente simple. No es un defecto. Se nota que hay un trabajo para adecuar la doctrina al formato de una lectura ligera. Por ello no valen las críticas orientadas a verificar si se cumple o no el canon ortodoxo del budismo.

Otra virtud es que el autor logra convencer con la voz femenina. Mantiene la coherencia en todo momento y nos logra transmitir la psicología de una mujer madura, mezquina y que, poco a poco, va modificando su comportamiento, claro, con algún que otro lastre que la hace más verosímil. Sin embargo, el desenlace es de lo más cuestionable, lo menos fuerte de la historia, junto a ese mensaje empalagoso de que si te portas bien alcanzarás tus metas. Y es que es una fórmula barata para vendernos como espiritualidad exótica un simple refuerzo positivo que nuestra mamás nos pueden dar: rollo superación personal, pues, que encontramos en cualquier muro de Facebook. De ahí en fuera, y con este sobre aviso,  no le encuentro peros. Es un libro muy entretenido que recomendaría sin dudarlo, ideal para un fin de semana de flojera.

 (15-julio-13)


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